Una conversación que nos lleva a comprender la necesidad de recuperar nuestra parte femenina y volver a la unidad formada por la dualidad masculino-femenino. La esencia del padre -el Amor- y de la madre -la Sabiduría- nos lleva a la unidad y aunque comprendamos y sintamos el Amor, sin la entrega que permite la Sabiduría no podemos alcanzar nuestra propia paz.