Se nos va este 2020…

Un año donde se nos ha puesto por delante lo importante…

La calidad de la presencia, el latir humano, el calor de un abrazo, la importancia de mirarse a los ojos, la oportunidad de sonreír con el alma, la potencia del vínculo, la fuerza del apoyo humano, de la amistad, la familia y lo real…

Cada año que se va nos deja muchos aprendizajes. ¿Qué mejor manera que terminarlo con una actitud de GRATITUD? Por todo. Porque ese todo nos ha llevado al hoy, a este presente tan único e inmediato.

Quizás crees que no tienes tanto que agradecer, en ese caso te invito a que escribas cada día las cosas, situaciones, momentos, personas que agradecer. Verás cuanto hay por agradecer. Derrocha en gratitud y verás como lo que parecía escasez se va convirtiendo en abundancia y agradecimiento, de dentro hacia afuera.

Cada vida, cada persona, cada momento es único por eso es mejor no compararse con nada ni con nadie. Más bien es mirar lo suficientemente la vida que se está viviendo, las formas de la personalidad que se están experimentando y agradecer tanto lo que gusta como lo que no porque afortunadamente, siempre se tiene la opción de reinventar esas partes de una misma y de la vida que se desea que sean de otra manera. Ahí se podrá llegar ( o no ) pero aquí la propuesta es desde la integración, la aceptación y la transformación, no desde el rechazo.

En general vivimos en una sociedad en la que se nos incita a darle fuerza a lo que no tenemos, a lo que nos falta, a aquello que no hacemos como nuestras expectativas desean o a ver en los demás no tanto lo bueno como aquello que no nos dan, no nos ofrecen, no hacen… Todo esto implica dos cosas:

  1.  Una idea de carencia que nos lleva a sentir que se necesita más y más, que nunca es suficiente o que lo que hay es incompleto. Esto está bien para crear una sociedad de consumo y de personas infelices buscando una felicidad externa y basada en el otro, no en uno mismo. Este enfoque fomenta el automatismo y la falta de poder personal.
  2.  Sentir insuficiencia y una queja continua. Si las personas se sienten insuficientes no van a desarrollar autoestima y sino sienten que son capaces y pueden, llevarán una vida precaria o incluso si es buena, no será como pudiera ser puesto que será motivo para fomentar ese “quiero pero no puedo” y por ello se repite incluso sin tomar consciencia de ello.

¿Y qué se puede hacer para romper este círculo vicioso y adictivo?

  • Hacer cosas que generan alegría, satisfacción, disfrute.
  • Pasar tiempo con personas con quienes se experimenta la expansión, la revitalización, se comparten valores, puntos en común, se aceptan las diferencias y se construye juntos.
  • Ser uno mismo. Nadie ni nada coloca en una posición ni superior ni inferior porque nadie tiene esa capacidad. Es sólo uno mismo quién se concede o no un lugar u otro.
  • Observar el regalo de tomar las riendas de la vida.
  • Quererse y querer. Amarse y amar.
  • Ser generoso.
  • Darle la vuelta a los paradigmas que limitan y comenzar a ver que todo lo que sucede no es por azar, forma parte de las decisiones diarias.
  • Tomar consciencia de que la vida se acaba y que todo pasa. No dejar para mañana lo que se puede hacer hoy, incluido el no tomarse las cosas a personal y relativizarlas todo lo posible salvo lo verdaderamente importante (quizás se observa que casi nada es tan importante como a priori parecía).
  • Dejar la queja y tomar responsabilidad observando el regalo que es.

Y lo más importante: GRATITUD.

La gratitud es una llave maestra que abre la puerta del corazón. Es muy necesaria. Vitamina para cada día. Cuando se conecta con la GRATITUD se comienza a sentir que se tiene mucho más de lo que se creía, se vive en en abundancia (sencillamente observando lo que se tiene y se es) y así brota mucha más FELICIDAD. Desde ese estado se está mucho más receptiva o receptivo a nuevas oportunidades, formas de vida, de generar abundancia y recursos, de relaciones plenas y satisfactorias.

En lugar de esperar que las personas den algo o hagan algo por uno, se pasa al darse cuenta de que se tiene tanto que no se necesita nada pero a su vez, desde esa confianza se abren puertas que hacen que las personas ofrezcan lo mejor de sí mismas de forma natural. Brota por sí sola la plenitud, la suficiencia, la gratitud por lo que eres a día de hoy porque sea como sea la vida, seguro que hay momentos en los que se ha experimentado el amor y la gratitud.

La propuesta es que durante todo este mes que inicia ahora y en este año 2021, se experimente cada instante con la actitud de la GRATITUD a diario, con constancia y consciencia.

Gracias a todo lo que fue hasta el 2020.

Gracias a todo lo que comienza con el 2021.

En Amor y Gratitud,